¿Sabes qué te frena de hacer lo que más te gusta, aunque tengas claro que es lo mejor para vos?

Partimos de la premisa que sabes lo que te gusta.

Pero, ¿realmente tienes claro tus deseos?

¿Tienes claro cuál es tu máximo potencial?

No siempre sabemos lo que queremos, a veces creemos que queremos algo, pero en el fondo queremos otra cosa.

Pero suponiendo que sabes lo que quieres lograr o manifestar, ¿por qué muchas veces no lo logras?

Una de las mejores maneras de aprender sobre nosotros mismos es examinar cómo procesamos la información, cuál es la primera asociación que nos salta a la mente sobre las diferentes cosas que experimentamos y sobre lo que más nos llama la atención. Se puede decir que podemos descubrir lo que nos apasiona y deseamos desde nuestra niñez, hay muchas personas que desde pequeñas saben qué quieren hacer. A cierta edad en nuestro temprano desarrollo idealizamos alguna profesión o figura como la de ser médico, abogado, astronauta, etc. Y seguramente muchos rasgos de nuestra personalidad, o aptitudes encajaban en la del perfil requerido para esa profesión, por otra parte está aquello que también nos gusta y despierta un profundo interés como escribir, pintar y que a menudo dejamos de lado.

Así que puedes empezar por recordar qué te entusiasmaba cuando estabas chico (a) y analizar si todavía despierta algo en ti o ya no, acostumbrarse a hacer siempre las mismas cosas dificulta el hecho de descubrir lo que verdaderamente te apasiona, la clave está en atreverse a experimentar con cosas nuevas. Y es precisamente en este punto cuando no sabemos cómo seguir adelante,

Hay varios conceptos que nos impiden avanzar.

Hoy quisiera compartir contigo 2 conceptos que son clave para acelerar lo que quieras manifestar:

1) Filtros Mentales: nosotros no vemos la realidad como es, sino que vemos la realidad a través de nuestra propia lente, es como si tuviéramos gafas con cristales amarillos, veríamos toda la realidad de ese color, lo mismo sucede con nuestra manera de ver la realidad, la filtramos a través de nuestros filtros mentales, que los hemos ido construyendo con el tiempo, en base a nuestras vivencias y creencias.

Todos y cada uno de nosotros vivimos regulados por factores genéticos, sociales, psicológicos y culturales, y aunque cada persona posee su esencia única y se dice que no hay dos personas exactamente igual; el hecho de vivir regulados por estos factores da como resultado una serie de filtros mentales que se manifiestan de forma inconsciente, casi como una pantalla o cubierta que le impide el paso a determinada información excluyendo ciertos datos, pero dejando pasar otros elementos.

Cuando la manera en la que razonamos y valoramos las situaciones que nos acontecen en el día a día, son rígidas, estáticas e inalterables pudiésemos estar en la presencia de filtros mentales, si la forma en la que interpretamos la realidad y procesamos la información, rechaza nuevos conceptos o ideas por no estar previamente aceptadas o catalogadas. Estos filtros mentales están anclados a nuestro cerebro por efecto neuronal y se manifiestan a veces imperceptiblemente cuando hablamos, pensamos o tomamos decisiones.

Es común observar este tipo de filtros en el entorno laboral, en las escuelas, en los comentarios más sencillos provenientes de nuestros amigos, familiares, colegas y cualquier persona con la que interactuemos, la importancia radica en que estos filtros marcan nuestras interacciones y determinan su rumbo para bien o para mal. Como mencionábamos previamente los filtros nos hacen ver el mundo de una manera peculiar con sesgo, es como ver siempre el mundo a través de la mirilla de una puerta, en síntesis, los filtros afectan todo.

Desde cualquier ángulo que miremos, todos a gran o pequeña escala hemos desarrollado filtros mentales producto de los factores que nos condicionan. Cualquier contenido mental que se ocupe de cambiar la realidad que nos rodea y la transforme en “nuestra realidad” es un filtro, nuestra manera de ver cómo o son o en su defecto cómo deberían ser las cosas.

Así podemos separar los filtros mentales en creencias, expectativas y expresiones. Por una parte las creencias hacen referencia a la certeza que tenemos sobre algo, sentencias determinantes del tipo “verdadero/falso”, “real/irreal”, cuando la idea o proposición corresponde con los hechos. Asimismo tenemos también las expectativas, que se refieren a los resultados o consecuencias que inferimos de lo anterior, es ineludible como ser humano formarse una expectativa con respecto a algo o alguien, incluso hacia nosotros mismos, de cómo deberíamos ser, comportarnos, lo que deberíamos tener para ser felices y aquello a lo que deberíamos aspirar llegar; expectativas que en muchas ocasiones son impuestas por nuestra sociedad o cultura y que se van formando en nuestra mente como un proceso automático. El problema aparece cuando lo que esperamos no se ajusta a lo que ocurre.

Las expresiones se refieren al uso del lenguaje que describe con exactitud, la intensidad emocional de la experiencia adquirida. Así por ejemplo muchas expresiones utilizadas como: “o es blanco o es negro, no hay grises”, “o estás conmigo o estás en contra” denotan “polarización mental”; situación que ocurre cuando de una forma u otra para tomar una decisión sólo se admiten dos extremos obstaculizando el hecho de poder reflexionar sobre una amplia gama de posibilidades, y uno de nuestros peores filtros mentales.

Hay una expresión que dice “el que se quema con leche, cuando ve la vaca, llora”. ¡Es así!

Por eso me animo a que te preguntes y descubras ¿cuáles son tus filtros mentales?

2) Pasaje de fuerza: es lo que sentimos cuando estamos en el proceso de cierre o contracción, y puedo ocurrirnos varias veces en el día, cuando atravesamos el pasaje de fuerza, podríamos compararlo con un embudo, al inicio sentimos que el mundo se está cerrando, que no hay oportunidades, empezamos a vislumbrar un futuro negro, se activan nuestros miedos pero si nosotros somos conscientes de que estamos frente a un ciclo universal de apertura y cierre, vamos a vivir ese pasaje de fuerza sabiendo que después viene la expansión, y cuánto más intenso sea el momento de contracción más posibilidades y más apertura va a haber en el proceso de expansión, así que cuando te toque pasar por un pasaje de fuerza de contracción, permanece, transítalo, aguanta sabiendo que luego vendrá una apertura con un montón de aprendizaje. Es realmente importante ampliar la conciencia un nivel de mayor de claridad mental y disposición para entender lo que estás viviendo.

No siempre vamos a conseguir lo que soñamos, aquello que nos planteamos en un inicio, y al principio resulta difícil asimilar que mucho de nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación no superan las circunstancias a las que nos enfrentamos, pero recuerda que forman parte del proceso de algo más grande que está por venir que lo realmente importante además de llegar a una meta u objetivo , es sentir esa emoción que asociamos al logro, traduciéndola en paz, plenitud, felicidad; esas emociones que tienen que ver con lo que llevamos dentro, con la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos. Lo que hay afuera, allí en nuestro entorno, es sólo un estímulo que nos muestra un cambio que en realidad se ha ido desarrollando dentro de nosotros. Eso no significa que conquistar metas establecidas no sea maravilloso, por supuesto que lo es, y resulta aún mejor en el proceso conocernos y amar cada parte de nosotros, puesto que las metas se quedan cortas.